DERMOFARMACIA
                                                 
    Cremas y Lociones Emolientes
Dra. Bertha Pareja (1) 
(1) Farmacéutico Clínico, Profesor
    Emérito de la UNMSM
COMENTARIO
Uno de los aspectos en los cuales el
    consumidor necesita más información es en el empleo de las preparaciones destinadas a
    combatir la sequedad de la piel. En el comercio existe un número grande de cremas y
    lociones que, con nombres tales como humectantes, hidratantes, suavizantes, emolientes,
    lubricantes, plastificantes, protectoras, flexibilizantes, etc., se comercializan y
    aplican indistintamente.
Sin embargo, para sacar mayor provecho,
    es necesario conocer algunos aspectos referentes a la sequedad de la piel y a los
    mecanismos de acción de los diferentes componentes de las preparaciones dermatológicas y
    cosméticas destinadas a combatir o mejorar la sequedad.
La sequedad de la piel es una condición
    que se debe a múltiples causas que conducen a la pérdida del agua de constitución de
    las diferentes estructuras de la piel y cuyas manifestaciones varían en grado e
    intensidad según se presenten en procesos patológicos o sean el resultado de agresores
    externos como la radiación solar, las variaciones de la humedad ambiental, la altura
    sobre el nivel del mar y las bajas temperaturas como las que se observan en la sierra.
Las preparaciones destinadas a combatir
    la sequedad de la piel son las cremas y lociones emolientes en cuya formulación es
    importante conocer las propiedades físicoquímicas de la materia prima y el mecanismo de
    acción de cada una para asociar los ingredientes adecuados que produzcan el efecto
    deseado.
De manera general, los emolientes son
    sustancias que se utilizan exclusivamente para proteger la piel y combatir la sequedad.
    Frazier y Blank (1) han establecido que una piel seca se caracteriza por presentar algunos
    signos y síntomas generales como por ejemplo una superficie fisurada o rajada, falta de
    flexibilidad o un superficie seca y escamosa. Sin embargo, este investigador aclara que la
    piel puede presentarse seca y escamosa pero mantener la flexibilidad normal o
    inversamente, presentar una superficie suave pero carecer de flexibilidad dando una
    sensación desagradable de sequedad.
Desde el punto de vista bioquímico, la
    sequedad es la medida del contenido de agua de la piel y la acción emoliente es un
    fenómeno relacionado a la conservación del agua de constitución. Bajo condiciones
    normales el contenido de agua y la presión de vapor de la epidermis son mayores que las
    del aire que la rodea con la consecuente evaporación del agua de la superficie, lo que
    hace que la piel se torne seca por una excesiva pérdida de agua del estrato córneo
    cuando éste está expuesto a baja humedad, insuficiente hidratación de las capas
    inferiores de la epidermis y al movimiento del aire.
Para corregir la sequedad de la piel se
    debe restituir la humedad del estrato córneo a niveles normales (10% como mínimo) para
    que sus efectos sean apreciables.
El hecho fundamental de que el agua es el
    mejor emoliente y plastificante del estrato córneo, ha sido estudiado por Gaul y
    Underwood (2), quienes demostraron que la piel áspera y seca retorna a su condición
    normal cuando el punto de rocío está por encima del nivel crítico y la gran incidencia
    de piel seca estaría directamente relacionada a la caída del punto de rocío. El punto
    de rocío es la temperatura del aire a la cual la humedad empieza a condensarse y hacerse
    visible en forma de pequeñas gotas. Estos autores opinan que para propósitos de
    investigación biofarmacéutica, el punto de rocío es un parámetro más exacto de la
    cantidad de agua que contiene el aire que el cálculo de la humedad relativa.
El estado de hidratación del estrato
    córneo también depende de la velocidad a la cual el agua se evapora de la superficie de
    la piel. La pérdida difusional es una función pasiva y constante y está relacionada a
    la temperatura de la piel, a la presión de vapor del medio ambiente y al movimiento del
    aire. Quizás el factor más crítico que determina el estado de hidratación del estrato
    córneo es su propiedad de retener agua cuya cantidad es una función directa de la
    humedad relativa del ambiente que la rodea.
La química y los mecanismos de acción
    de las sustancias que regulan la habilidad del estrato córneo para retener agua ya ha
    sido explicada. Se postula que los componentes hidrosolubles están constituídos por
    amino ácidos como el ácido pirrolidín carboxílico (ácido piroglutámico), por
    exosaminas, péptidos, úrea, lactato, pentosas, iones inorgánicos y posiblemente por
    mucopolisacáridos que serían los responsables de su propiedad de combinarse con el agua
    del estrato córneo. Esta mezcla natural de elementos químicos, es la que Jacobi (3) ha
    llamado el factor humectante natural (NMP). Autores como Spier y Shwartz (4) comparan las
    propiedades hidroscópicas de esos componentes con la glicerina y los describen como
    iguales, sin embargo otros autores como Laden discrepan y opinan que el ácido pirrolidin
    carboxílico es más higroscópico, lo que fue comprobado por estudios comparativos de
    ambos compuestos.
La naturaleza crítica de la composición
    química del estrato córneo ha sido demostrada en algunos procesos patológicos que
    producen descamación. Analizando las escamas se ha comprobado las diferencias en la
    composición de manera particular las diferencias en los elementos hidrosolubles, lo que
    reduce la higroscopicidad y altera la película lipídica necesaria para retener la
    humedad. La sequedad del estrato córneo en la mayoría de procesos patológicos en que se
    produce descamación se atribuye a la diferencia en la composición de los elementos
    hidrosolubles en las escamas.
Paralelamente con los estudios para
    determinar la composición química del estrato córneo se han desarrollado varias
    técnicas para medir la difusión transepidermal así como la pérdida de agua en vivo y
    en vitro.
La medición de la permeabilidad del
    estrato córneo en estado normal y en varios procesos patológicos es un índice bastante
    exacto de la integridad funcional del estrato córneo, lo que permite evaluar los efectos
    de las preparaciones tópicamente aplicadas, de manera particular los emolientes o las
    preparaciones que lleven como base cremas de este tipo.
El promedio de la pérdida de agua ha
    sido determinado por métodos eléctricos y se ha establecido cifras promedio entre 0.2 a
    0.3 mg. por cm2 por hora para la mayor parte de áreas del cuerpo. La pérdida de agua
    también es constante para determinada área bajo condiciones standart de humedad y
    temperatura, sin embargo se han observado variaciones significativas para ciertas regiones
    del cuerpo. Así por ejemplo, comparando la constante de difusión de la espalda con la de
    la frente, ésta es cuatro veces mayor, la del dorso de la mano nueve veces y la de la
    palma de las manos, cien veces mayor. Todos estos factores deben ser tomados en
    consideración para el diseño y formulación de los preparados destinados a las
    diferentes zonas de la piel ya sea que se trate de formas farmacéuticas o cosméticos.
Materias Primas emolientes
En los últimos años ha aumentado en
    forma significativa el número de ingredientes empleables en la formulación de cremas y
    lociones, lo que permite formular tanto bases para la administración de diferentes
    principios activos así como para las de uso cosmético. El carácter y el empleo de una
    crema o una loción generalmente está determinado por los diferentes aditivos que lleva
    así como por el color y el perfume en las de uso cosmético.
De manera general la materia prima
    empleada para las cremas y lociones emolientes se comercializa dividiéndola en dos
    grandes grupos de acuerdo a su solubilidad. Entre las más antiguas y de empleo más
    frecuente están los alcoholes polihídricostales como el propilenglicol, el glicerol y
    los glicoles polietilénicos líquidos que están considerados por muchos autores como
    suavizantes y humectantes ya que su principal acción es la de retardar la evaporación
    del agua. Se les emplea bajo la forma de emulsiones aceite en agua.
Se ha establecido que es el agua de la
    fase externa de la emulsión la responsable de la acción emoliente. En cambio en una
    emulsión del tipo opuesto es decir de agua en aceite sería la acción oclusiva la que
    estimularía el movimiento del agua de las capas inferiores del estrato córneo hacia la
    superficie, produciendo en ambos casos la emoliencia aunque por mecanismos diferentes.
De entre las múltiples sustancias
    empleables en la formulación de cremas y lociones emolientes hemos resumido las más
    empleadas en el cuadro siguiente.
Dentro de cada uno de estos grupos se
    encuentra un gran número de componentes, lo que explica la gran variedad de cremas y las
    múltiples posibilidades para la formulación, haciendo que prácticamente haya una crema
    para cada uso y para el gusto más exigente.v
MATERIAS PRIMAS
        EMPLEADAS EN LA FORMULACION DE CREMAS Y LOCIONES EMOLIENTES 
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Referencias Biliográficas:
1. Frazier C. N y Blank H. A formulary
      for external therapy of the skin. Charles C. Tomas. Springfield. III. 1954
2. Gaul L. E y Underwood G,B. Relation of
      dew point and barometric pressure to chapping of normal skin. J. Invest, Dermatol. 19.
      July 1952.
3. Jacobi O. Natural moisturizing agents
      in the skin. Schmmel Briefs 396. 1968 XI Congress of Dermatol. Vol. 1 1963.
4. Spierlland Shwarts E. Chemie der
      Horhshicht. Sagarine. Cosmetics Science and technology. wiley Interscience Vol 1, 1972.