jueves, 13 de agosto de 2015

Casi la mitad de los alimentosen el mundo se pierden entre la cosecha y el consumidor

El 40 % de alimentos que se producen en el mundo se pierden entre el momento de la cosecha y el consumidor final por la falta de infraestructuras que garanticen buenas condiciones de almacenamiento, transporte y distribución en los países en desarrollo.
En un panel de expertos en el Foro Económico de Davos moderado por la directora del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Josette Sheeran, quedaron patentes las fuertes contradicciones que prevalecen en el sector agrícola y que hacen que, a pesar de que la producción alimentaria es suficiente para toda la población mundial, 1.000 millones de personas no puedan pagarse o simplemente no tienen acceso a comida suficiente.
Al mismo tiempo, cuatro de cada diez toneladas terminan desperdiciadas.
Sheeran precisó además que de las 1.000 millones de personas que sufren inseguridad alimentaria, 200 millones están raquíticas.
Ante un aumento previsto de la población del planeta hasta los 9.000 millones de habitantes en 2050, el consejero delegado de la multinacional de la alimentación Unilever, Paul Polman, dijo que para entonces se necesitará producir un 70 % más de alimentos.
Ello implicará riesgos por el aumento de las emisiones de dióxido de carbono y del consumo de agua.
En esa línea, advirtió de que los expertos pronostican que el cambio climático será responsable de una reducción del 20 al 40 % del rendimiento agrícola para mediados de este siglo.
La ministra de Finanzas de Nigeria, Ngozi Okonjo-Iweala, dijo que si los dirigentes políticos no hacen mayores esfuerzos para resolver "la cuestión crítica" de la inseguridad alimentaria no podrá haber progresos en otras áreas, como la educación o la salud, y persistirá la inestabilidad en los países afectados.
"África es capaz de alimentarse por sí misma pero se necesita un cambio de estrategia. No hay que concentrarse tanto en la producción, sino en la transformación de toda la cadena de valor".
Esa transformación -explicó- permitiría "hacer más rentable la etapa posterior a la cosecha, es decir la del transporte, el almacenamiento, el procesamiento y la distribución", en las que gran parte de la producción se malogra.
Para demostrar que la producción de alimentos no es un problema real, la ministra recordó que el 50 % de las tierras cultivables en África todavía están disponibles.
El multimillonario Bill Gates, quien también participó en el debate y cuya fundación filantrópica se concentra en actividades relacionadas con la salud, dijo que la mala nutrición es un factor crucial en la mortalidad infantil atribuida a la malaria y la neumonía.
Lamentó que las promesas de ayuda que se hicieron a raíz de la crisis alimentaria vivida en muchos países pobres en 2008, debido a que los precios de los alimentos básicos se dispararon ese año, hayan sido incumplidas debido a otra crisis: la financiera y económica que sufren ahora parte de los países industrializados.
El director general del Fondo de la ONU para la Agricultura y la Alimentación (FAO), José Graziano da Silva, coincidió con la ministra nigeriana al señalar que "podemos alimentar a toda la población, el problema no es de abastecimiento, sino que la gente no tenga medios para comprar comida".
Sin embargo, reconoció que de aquí a mediados de siglo se tendrá que aumentar fuertemente la producción agrícola para responder a la demanda mundial y sostuvo que "el verdadero reto será hacerlo sin destruir los recursos naturales, sin provocar más erosión de los suelos o deforestación, y preservando los recursos hídricos".
Por su parte, el consejero delegado de la reaseguradora suiza Swiss Re, Stefan Lippe, consideró que para garantizar la seguridad alimentaria hay que dar "seguridad del agricultor", al que equiparó a "un empresario que está expuesto a múltiples riesgos, como los fenómenos climáticos extremos".
"Si hay una sequía no hay cultivos y no hay ingresos, el agricultor lo deja, emigra a las ciudades y deja vacías sus tierras", dijo el ejecutivo.
Para que ello sea posible, añadió, hay que dar al productor "acceso a herramientas financieras, como créditos, seguros y mecanismos para recibir inversiones, incluso subsidios públicos si es necesario".